DICIEMBRE - 2.019

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Miércoles día 25:

Pensando en voz alta: Después de un año sin escribir nada en mi diario, llevaba unas semanas con la idea de volver a hacerlo sobre lo que ha ocurrido en este último año.

Cuando dejé de escribir estaba cansado. Era desde 2001 haciéndolo, y desde que quité los ejemplares de Nymphicus hollandicus (Ninfas), que daban mucho juego con sus mutaciones y emparejamientos, y con los Agapornis (al criar tantos siempre había cosas que contar), las "novedades" no eran tantas y la "imaginación" por contar algo se iba perdiendo.

Pero un año parado no es que me haya dado las ganas, pero al menos voy a intentar ponerme al día. Ya veremos luego si sigo con el "día a día", o "semana a semana" o simplemente un comentario mensual... O vuelvo a esperar a tener varias cosas interesantes que contar y hacerlo todo de golpe.

De momento comentar que podéis seguirme desde Facebook, en donde tengo la página de AVIGON. Simplemente ahí podéis ver las fotografías y vídeos de mis aves, instalaciones y viajes que suelo realizar. También, directamente en Youtube podréis ver mis vídeos.

Desde que dejé de lado el Diario, los Trichoglossus moluccanus han "desaparecido" de mis instalaciones. Al igual que me pasó con las Ninfas y los Agapornis, empecé a pensar que, aunque muy bonitos, llevaba ya mucho tiempo con ellos y estaban apareciendo algunas especies en mi "punto de mira" que me gustaban. Y a esto se unió que en 2018 tuve 14 crías de T. moluccanus ya que las dos parejas de mis propias crías que me quedé hacía dos años empezaron a criar a finales de 2017 y ya eran cuatro parejas criando.

Estas dos parejas me las quedé porque estaban formadas de la misma forma que aquellas que estaban dando mutados en España, por lo que probé fortuna, pero en sus 2-3 primeras puestas ninguna de las dos parejas sacó un mutado. Teniendo en cuenta que las parejas que sí lo sacaron lo hicieron ya desde la primera puesta, decidí quitarme las parejas y todas las crías y desechar definitivamente la idea de sacar mis propios mutados. Me estaban llamando más la atención otras especies y en verdad, entrar en esa "guerra" de sacar el "primero" tal o cual mutación (ya me pasó con los Agapornis) me resulta agobiante.

Por eso empecé a desprenderme de todos ellos, y al final también me quité mis dos parejas iniciales. Me dio un poco de pena, sobre todo de la primera pareja que adquirí en 2005. Con el paso del tiempo la he echado de menos, pero pienso que han ido a buenos lugares y que prefiero tener un bonito recuerdo como tengo con las Ninfas, que no un "mal" recuerdo como tengo con los Agapornis, que me llené de ellos, quise mantener algunos después de eso y acabé realmente cansado de tenerlos. De hecho, en mi perfil de Facebook no suelo admitir a nadie que no tenga Loris, y si veo que solo tienen Agapornis no los acepto por descontado. Acabé "saturado" de ellos, pero más de la  gente que sólo ve en ellos ejemplares para concursar. Habrá quienes no lo vean así, pero yo acabé cansado de que el Agapornis sea una especie para concursos... Pienso que cualquier especie que acabe en concursos acaban por "estropearse". Hay unos intereses que a mí, ahora mismo, no me llaman la atención.

Una vez vistas mis instalaciones medio vacías, me vino a la mente una idea que llevaba rondando mi cabeza. La de no tener ocupadas todas las jaulas. En realidad era la de quitar la separación cada dos jaulas para dejar la mitad de jaulas exteriores pero el doble de anchas. Al final he decidido dejar las instalaciones como están, pero varia vacías, sin ocuparlas con parejas reproductoras. Tal vez me sirvan para de vez en cuando meter ahí a algunas crías mientras los padres intentan una segunda puesta. O simplemente unas jaulas de emergencia por si he de tener momentáneamente algún nuevo ejemplar (después de pasar la cuarentena).

Rosemary Low decía que el número de parejas ideal para un criador son 12 parejas. Que es la cantidad adecuada para poder atenderlos perfectamente. Yo miré y, sumando las jaulas, tengo las 14 exteriores iniciales, 2 de "El Huerto", 5 de "La Caseta" (que por fin, tras 7 años, terminé, con sus conexiones a las tres jaulas exteriores, mas dos jaulas sólo interiores de última hora de 1,50 x 0,80 x 1,20 de alto) y 2 de "emergencia" en "La Habitación" que está debajo de las pajareras exteriores que uso de emergencia. O sea, 23 jaulas. Demasiadas para el tiempo que actualmente tengo para atenderlos adecuadamente.

En invierno, cuando me quité los T. moluccanus, podría ponerles al resto el néctar líquido en media hora, y colocarles cuatro piezas de fruta a cada uno en una hora más. Pero ahora en verano (ya contaré lo que tengo) tardo casi una hora sólo en poner el néctar, y otra hora en poner sólo una pieza de fruta, porque con el calor que hace se estropean con mayor rapidez, y los loris, cuando la fruta está caliente no la comen casi. Sí, toman más comida "seca" (estoy usando el de Wisbroek Lory que muelo y del que mencioné algo a finales de Agosto de 2018) y en principio estoy tranquilo. A parte que subo a diario para ponerles el néctar líquido y una o a lo sumo dos manzanas a aquellas parejas que más comen.

¿Y qué tengo ahora en mis instalaciones? Pues mantengo 3 parejas de Charmosyna goliathina, 3 parejas de Eos reticulata , 5 parejas de Psitteuteles goldiei y una joven hembra hija de una de las parejas, y 10 ejemplares de Charmosyna josefinae (4 parejas y 2 hembras). Tuve durante el último año una pareja de Chalcopsitta duivenbodei, pero decidí cambiarla (mas abajo lo cuento).

En los Psitteuteles goldiei dejé ytres parejas en "El Huerto", para ver si crían así. Y puse a las otras dos parejas separadas por pareja. Al tener varias jaulas vacías lo podía hacer. A ver si estas dos parejas me dan alguna cría para hacer alguna pareja más. La idea es que tras la próxima temporada de cría, todos los P. goldiei estén juntos en "El Huerto" ara que vivan como bandada. Si crían así, bien. Si no, que vivan en grupo mientras los tenga.

En cuanto a los Eos reticulata, no está "Fiona", a la que puse con un macho de 16 años, pero que al seguir rompiendo los huevos y no poder yo ocuparme de sacarlos en incubadora y criar a las posibles crías desde el primer día de vida, decidí enviársela a una persona que desde hacía muchos años estaba acostumbrado a eso. A ver si él logra sacar descendencia de "Fiona" y puedo en el futuro tener una cría de ella. Y "Shreck" está ahora con una hembra de tres años y se llevan bien.

¿Y la historia de los C. josefinae? Pues es una historia larga. Los adquirí a finales de Junio de este año. Venían dos parejas, tres machos y un ejemplar no sexado que resultó ser una hembra. Entonces me encontré con tres parejas y dos machos. Estos dos machos eran hermanos de diferentes nidadas.

Como venían a un lugar nuevo y aquí ya empezaba el calor del verano, no tenía intención de ponerles nido, pero el criador que me los vendió me dijo que se lo pusiera a la única pareja reproductora que había, y al mes de tenerlos, la pareja reproductora puso huevos y logré sacar una cría, que al final resultó ser otra hembra. Esta joven hembra está ahora mismo junto a la que me llegó en el grupo comprado, y espero poder emparejarlas el próximo año o poder cambiarlas por otros ejemplares para tener nuevas líneas de sangre en mi aviario, ya que ahora mismo tengo 4 ejemplares que son descendientes de la pareja reproductora, y al menos quisiera no tener que quedarme con estas dos hembras jóvenes, ya que además ahora la pareja reproductora está incubando dos huevos. Las otras tres parejas podrían empezar a criar este próximo año ya que tendrán dos o mas años de edad.

De los tres machos solteros que adquirí en Junio, dos de ellos eran hermanos hijos de la pareja reproductora, y a finales de Noviembre fui con un amigo a visitar a un criador en Francia. Allí pude cambiar uno de estos dos machos por una hembra. Mi amigo pudo traer también algo y se quedó en mi casa pues todavía él no tenía instalaciones adecuadas para ellos.

Al final decidimos que él se iba a centrar en C. duivenbodei y yo en C. josefinae, e hicimos un cambio. Por eso yo ahora no tengo C. duivenbodei, y sí tengo las cuatro parejas y dos hembras de C. josefinae. No sé si alguna vez volveré a tener C. duivenbodei ya que cuando tenía la primera pareja, a veces pensaba si quería tener una segunda pareja. Ahora que no la tengo, tal vez no vuelva a tener esta especie. Pero ahora mismo tengo dos opciones. Una sería centrarme en C. josefinae, C. goliathina (adquirir una pareja más) y Eos reticulata (adquirir una pareja mas), o mantener lo que tengo y buscar mediante cambios por crías de C. josefinae otra especie para el exterior, como por ejemplo los Phigys solitarius, que ya los tuve en su día y aguantaron el exterior sin problema.

 

No sé si seguiré con el Diario pues los loris no son tan prolíficos como Agapornis o Ninfas.

 

 

 

 

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