HISTORIA CON MIS GOLDIEI

 

Llevaba tiempo con la idea de formar un grupo de loris en un mismo aviario y una de las especies ideales para ello me dijeron que eran los Psitteuteles goldiei. Así que a mediados de 2017, y con vistas a que iba a visitar el mercado de aves de Zwolle, Holanda, en el mes de Septiembre, pregunté a un importador para que me intentara conseguir 3 parejas.

Cuando iba a ir sólo tenía una hembra, pero contacté con un amigo español que iba a subir en coche hasta Zwolle y me reservó un macho. Ya iba a formar mi primera pareja.

Unos días antes de ir a Zwolle visitamos a un amigo portugués y a la vuelta me llamó y me dijo que había un portugués que vendía una hembra. Vimos que era de confianza y le dije que me la comprara, que como tenía que visitarme para recoger unos loris que le traíamos desde Zwolle, me la podría traer. Al final él se iba a quedar con esa hembra para emparejarla con un joven macho suyo y me entregaría una hermana de su macho. Esa hembra se la cedería al amigo que vive en mi ciudad y con el que hago los viajes, ya que tenía dos machos adquiridos en el viaje que realizamos en 2015.

Cuando viajamos a Zwolle, y ya estando allí, pude ver un ejemplar sin sexar en uno de los puestos. Creíamos que era macho pero eso no me venía bien, hasta que el amigo español que había ido allí y tenía un macho para mí me dijo que le sobraba una hembra. Le reservé esa nueva hembra y fui rápidamente a comprar el ejemplar sin sexar. Resultó ser un macho, por lo que ya formé mi segunda pareja.

15 días después del viaje a Zwolle hice un viaje exprés a Milán para adquirir un macho y dos hembras al criador italiano al que ya había adquirido otros ejemplares de otras especies. La hembra soltera sería para mi amigo, que esta vez no me acompañó al ser un viaje de ida y vuelta en el mismo día, y la otra pareja me la quedé yo.

El amigo portugués vino una semana después y le cambié una hembra de Zwolle (mi amigo español allí me dio una pareja de hermanos) y él me dio la hembra portuguesa que había comprado y que quería quedarse para su joven macho. Así él seguía teniendo una hembra de sangre diferente y yo obtenía una sangre nueva y no repetía.

Por último, a mi amigo talaverano le cambié un macho de los que adquirí en Zwolle por un macho que él consiguió en Alemania, ya que él tenía dos hermanos. De esta manera él se hacía con dos parejas sin repetir sangre en ningún ejemplar, y yo seguía teniendo sangres diferentes en mis tres parejas, las cuales coloqué en el aviario donde estuvieron los Agapornis canus, de 6 metros de largo, 2 de ancho y 2 de alto, más una caseta interior de 4,5 metros de largo, 2 de ancho y 1,70 de alto. Allí parece que ya se han establecido las tres parejas.

 

 

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