VIAJE ALEMANIA 2.011

( 28-30 MAYO 2.011 )

Cogí el autobús a Madrid el Viernes 27 a las 21:00 horas. Iba a dormir en casa de mi hermano para poder estar a las 7:00 de la mañana del Sábado en el aeropuerto. Cuando llegué ya empezaron los "líos": me equivoqué al coger la línea de Metro. Menos mal que fue sólo una parada, pero ya empezaban los sobresaltos.

En casa de mi hermano coincidí con Alejandro. Este iba a ser nuestro segundo viaje en busca de Agapornis.

Nos despertamos el Sábado a las 6:00 y quince minutos después estábamos de camino al aeropuerto para facturar una pequeña maleta mía con ropa y una maleta grande en la que llevábamos dos jaulas desmontables que pensábamos utilizar para tener un par de días a los primeros Agapornis que compráramos ese primer día. Como equipaje de mano, una maleta con la ropa de Alejandro y el trasportín en el que luego traeríamos los Agapornis, el mismo que utilizamos en nuestro viaje a Holanda en 2.009.

Desayunamos en el aeropuerto y estuvimos haciendo un poco de tiempo hasta que salimos. Auque luego hubo un retraso de unos 40 minutos en el despegue, y eso fue condicionando todo un poco porque allí llegamos con una media hora de retraso al horario inicial. Allí nos estaba esperando ya uno de los criadores alemanes que teníamos pensado visitar y comprar Agapornis: Holger Bordner. Había ido a buscarnos con un amigo suyo argentino, Claudio, que amablemente se había ofrecido a servirnos de intérprete en todo lo que él pudiera (espero que Claudio consiga al final lo que deseaba. Gracias por tu ayuda. Espero que nos volvamos a ver cuando vuelva a Alemania).

Nos surgió otro problema, y es que nosotros habíamos alquilado un coche y ellos habían venido en el suyo. Y ahora había que sincronizar todo para que ambos coches coincidiéramos en la misma salida. Y lograrlo nos llevó cosa de una hora. Íbamos de un lugar para otro, sacando tickets y metiéndolos en otras máquinas que a la larga no servían para salir por donde debíamos. Y cuando creíamos que había que meter una de las tarjetitas, resulta que perdemos veinte minutos para darnos cuenta que al final lo que había que hacer era adelantar un poco el coche para que la máquina pusiera a parpadear una lucecita a la que había que apretar para sacar el ticket... Un ticket que al final no sirvió para nada pero que nos retrasó bastante.

          

Pero por fin logramos coincidir y poner rumbo a la casa de un criador de Agapornis llamado Helmut Gölz. Claudio nos acompañó en nuestro coche y nosotros seguimos al de Holger. Y en unos 35 minutos estábamos en casa de Helmut (decir que es cierto que allí le pisan sin miramientos al pedal del acelerador. Eso sí, cuando pone que son 50 km/h, reducen hasta los 50). Persona mayor que debe adorar Tenerife. Tiene todos los pasillos con alguna foto de Tenerife, ha ido varias veces y en unos días haría otro viaje allá a disfrutar de la isla.

         

Helmut tiene sólo Agapornis lilianae, pero ha sido quien ha sacado el primer lilinae diluido puro (según nos dicen). Nada de transmutaciones, directamente de sus ejemplares lilianae puros. Y allí tenía algunos ejemplares, preciosos. Mucho mas que esos lilianae lutino que se notaban no eran "auténticos" por su pico y su tamaño. Es lo que tienen las mutaciones. Pero por lo que veo en Alemania también se empiezan a inclinar por algunas de las mutaciones, no sólo pureza como yo pensaba. Tal vez con el tiempo a mí me acabe pasando igual y acabe volviendo a las mutaciones. Espero que no sea así. Antes, si me ocurre, preferiría quitarme los Agapornis y dedicarme mas de lleno a los loris. Espero seguir con el Proyecto de "Anillos del Jaral" y mantener los ejemplares ancestrales de Agapornis nigrigenis y lilianae. Si cambiara de Agapornis sería para dedicarme a una "empresa" mucho mas complicada como son los Agapornis pullaria, y tal vez volvería a adquirir Agapornis cana (cada vez que lo pienso me doy cuenta de que fue un grandísimo error quitármelos).

En Alemania comen "pronto". Eso que vemos en los hoteles españoles donde coinciden muchos extranjeros y que van a las 7 de la tarde a cenar o a las 12 a comer, es cierto. Pero nosotros ya habíamos llegado tarde a este primer criador y salimos de allí a las 15:15 horas, no llegando a la casa de Holger hasta las 16:00. Nos estaba esperando su familia para comer, y supongo que con un hambre "de perros".  Por eso, lo primero fue ponernos a comer enseguida y dejar los pájaros para después.

         

Tras comer (una carne de cerdo aliñada que hacían en una plancha metálica, mas algo de lechuga y verduras, con su cerveza para el que le gustara o agua y zumo de manzana, o mix de Coca con Fanta para el resto) y charlar un rato en la mesa, nos levantamos y empezamos a ver sus dos pequeños aviarios exteriores en donde tenía los Agapornis lilianae. Fue él junto a su padre los que comenzaron a criar el lilianae con ejemplares salvajes en 1.972, y su manera de formar parejas es juntando tí@ con sobrin@ y primo con prima. Y parece que ha metido poca sangre en su línea.

Pudimos ver por una pequeña ventana, que debajo de la casa tendría una habitación y tenía mas jaulas,  pero no nos las quiso enseñar. Enseguida que Alejandro se lo comentó, desvió la conversación por otros temas. Enseguida pasamos a ver a nuestros cinco ejemplares de Agapornis lilianae. En principio dos parejas eran para mí y un macho suelto para Alejandro, pero como yo iba muy justo de dinero desde que me decidí a comprar el macho suelto de Charmosyna goliathina a otro criador holandés, y que con las tres parejas reservadas al segundo criador y la que ya tenía en casa traída en 2.010 de Loro parque ya tenía cuatro y mi idea era tener cinco parejas, decidí ofrecer a Alejandro que comprara esa segunda pareja él y quedarme tan sólo con una pareja de Holger.

Sacamos una de las jaulas plegables de la maleta de Alejandro y con la división en medio, pusimos los tres machos en una mitad y a las dos hembras en la otra. Un macho tenía una calva en la coronilla y el otro presentaba un desgaste en las plumas de las alas, como si hubieran sido rozadas. Por eso decidimos que cada uno se llevaría uno de estos dos machos de Agapornis lilianae, y que si les ocurría algo, obtendríamos uno gratis de la siguiente nidada del otro... Aunque esto ya lo venimos haciendo con los Agapornis nigrigenis que hemos sacado este año en nuestras instalaciones.

Cuando abandonamos la casa de Holger eran las 19:00, hora ya de empezar a cenar allí. Pero aún nos quedaban casi dos horas de viaje hasta la casa del segundo criador: Burkard Röde. Y claro, llegábamos tarde y por el camino, ya próximo a llegar, seguimos la decisión del navegador en vez de las indicaciones que me dio en su día Burkard, y saliendo por otra salida de la autovía A66, fuimos a dar con una carretera cortada, con lo cual tuvimos que dar marcha atrás y buscar otro camino.

Cuando por fin llegamos, eran las 21:00 y nos estaban esperando para cenar. Vimos un poco a prisa y corriendo las pajareras y jaulas donde tiene los Agapornis lilianae (también descendientes de ejemplares salvajes que pudo adquirir a finales de los años 90 y principio de la década del 2.000) y nos pusimos a cenar. Aquí tomamos también carne de cerdo o hamburguesa, con la lechuga que suelen poner en bols individuales, mas verdura prácticamente cruda y sin aliñar. Costumbres que hay en cada sitio. Lo raro es que tanto a la hora de comer como a la de cenar, yo no tenía apetito. Me costó comer y cenar.

Si en casa de Holger habíamos tenido la ayuda de Claudio para traducirnos del alemán al español, y viceversa, aquí tuvimos la ayuda del hijo de un amigo de Burkard que había estudiado dos años de español y que nos sirvió bastante.

Cuando concluimos de cenar no tardamos mucho en irnos al hotel que Burkard nos había reservado en un pueblo cercano. Él nos acompañó y ahí tuvimos otro sobresalto. Resulta que nos dice que no hay habitaciones libres. ¡ Pero si ya lo dejamos arreglado hacía tiempo y él nos confirmó que lo había hecho ! Resulta que ese pequeño hotel es muy visitado por moteros al tener un buen taller mecánico al lado, y ese fin de semana estaba lleno de ellos. Tuvimos que esperar unos minutos hasta que al final nos llevaron a una de las habitaciones. Habitación con lavabo incluido, pero para cosas "mayores" había que salir fuera, al pasillo, en donde estaba el resto que debía ser compartido. Yo no me preocupé mucho pues estaba cansado por todo el viaje, así que enseguida me metí en la cama. Cama en la que no había sábanas. Tan sólo un edredón doblado encima de la cama, y sobre el colchón había algo como lo que aquí se utiliza para proteger los colchones. Y debe ser lo normal porque al día siguiente me di cuenta que otras habitaciones también lo tienen así. El caso es que había sueño y ni pensé si era así o no como debía ser. me puse el pijama y al poco estaba ya durmiendo (supongo que también roncando, pero en esta ocasión no hubo vídeo que lo inmortalizara tal y como ocurrió en el viaje a Holanda de 2.009).

El Domingo día 29 nos despertamos muy pronto ya que íbamos a visitar el Vogelpark en Walsrode. Lo hemos podido realizar gracias a que los Charmosyna goliathina que tenía reservados en Holanda me los pudieron traer el Jueves anterior al viaje.

A las 7:00 estábamos ya de camino al Parque de Aves. Teníamos por delante cuatro horas de paseo, y pude disfrutar de una temperatura muy agradable, y de las vistas del paisaje por el que cruzábamos. Será que vengo de La Mancha y aquí en esta época ya está todo mas que seco, pero cuando veo "verde" me emociona. Allí si no eran árboles del bosque eran cosechas todavía verdes. No es de extrañar si tenemos en cuenta que los inviernos por esas zonas son duros, con -20ºC por las noches, y unos 40 ó 50 cm. de nieve.

         

Si al despertarnos había sol y una temperatura agradable, al llegar a Walsrode nos encontramos con el cielo completamente nublado y la temperatura fresca. Me habían dicho que para entrar en el Vogelpark desde la zona de aparcamientos hay como un kilómetro entre el bosque. Iba ilusionado por verlo pues me habían dicho que era precioso, pero nada mas lejos de la realidad. Al menos en el trayecto que nosotros hicimos desde el parking. Pronto entramos en la zona de tiendas y hotel, y enseguida pasamos por un puente por encima de la carretera por al que habíamos llegado, y entramos en el Parque. Sin mapa ni nada. Todo en alemán. Allí no hay turismo como podemos ver aquí en España. Si no sabes alemán o algo de inglés, es como si te vas a Rusia y hablas en chino. Así que a la aventura.

Al entrar y atravesar la tienda (paso obligado tanto cuando se entra como cuando se sale) nos encontramos con una jaula con Ibis escarlata (Eudocimus ruber) en sus nidos (posiblemente tuvieran crías ya) y con una de las varias especies de pelícanos. No sé el nombre pues no se me ocurrió la idea de fotografiar pájaros y carteles informativos de ellos hasta mas adelante. Por eso hay algunas especies que no sé su nombre.

Acabábamos de entrar y me parecía maravilloso. A mí me encantan los días nublados y además aquello estaba todo verde. A "bote pronto" las diferencias de comparación con Loro Parque estriban en que aquí tienen especies de aves que pueden estar sueltas (aunque les tienen amputadas parte de una de las alas para que no vuelen), que pueden tener en cada jaula varias especies diferentes sin problema, y que estas jaulas son mas amplias que las que tienen en Loro Parque para la exhibición de sus loros. Aunque es cierto que en Loro Parque últimamente están haciendo grandísimos aviarios para albergar a ciertas especies, y eso es algo de agradecer ya que, a parte del bienestar de los pájaros, uno al verlo disfruta mucho mas.

         

De los primeros pájaros que vimos, me llamó la atención encontrar un Cuervo albino y una voladera con, entre otros, unos jilgueros. Pero éstos eran complicadísimos de fotografiar. También encontramos a varias parejas de cigüeñas incubando o cuidando a sus crías en unos nidos a ras del suelo. Había muchísima gente observándolas, y varios con cámaras con teleobjetivos con los que podrían haber sacado un primer plano de sus espinillas. Y la verdad es que era gracioso poder ver los nidos de cigüeñas "desde arriba, cuando todos estamos acostumbrados a verlos "desde abajo".

Dejamos atrás a todos esos fotógrafos con las cigüeñas y pronto nos encontramos con el primer lago del Parque. Allí había patos y otras aves y fue cuando nos dimos cuenta que todas las aves adultas tenían amputada parte de una de las alas. Se notaba perfectamente cuando batían las alas para estirarse o para nadar con rapidez sobre el agua.

         

Aquí al principio vimos algunas rapaces, y los mas bonitos eran los búhos nivales (el de Harry Potter). Ya los vi hace unos años aquí en mi ciudad cuando el propietario de una tienda de animales quiso traer animales mas exóticos y en una finca tuvo cocodrilos pequeños, canguros, loros, mofetas, buitres, estos búhos, etc... Para mí son preciosos.

         

Vimos también una jaula con (creo) crías de emúes o avestruces y de repente aparece un periquito verde. Yo me ilusioné al pensar que eran ancestrales, pero al rato aparecieron algunos verdes claritos e incluso uno azul.

         

Seguimos viendo mas lagos, mas flamencos (varias especies supongo al estar separados unos de otros), mas pelícanos, mas patos, mas grullas... Y comenzamos a ver calaos, tucanes, turacos... La cosa empezaba a animarse. No es que sean muy de mi gusto pero ya se acercan mas a ellos que no los anteriores. Impresionan los calaos con su "cuerno" sobre el pico. Y pude comprobar que es hueco al tener uno de ellos un agujero en el frontal del "cuerno". Supongo que no será malo si él seguía allí como si nada ocurriera.

         

Hay pájaros con colores preciosos, pero yo seguía ilusionado con poder ver la zona de los Loris, y mas concretamente con poder ver los Vini peruviana en persona. Pero eso tenía que esperar porque por mas que nos intentábamos guiar a través de los escasos mapas en murales que encontrábamos en el camino, no lográbamos coger el camino adecuado y siempre, cuando había una bifurcación, cogíamos el camino que nos iba alejando de ellos.

         

Pero por fin, como aperitivo, llegamos a una especie de invernadero en el que tienen aves mas delicadas que necesitan de una temperatura más cálida. Y al entrar pudimos comprobar como en un apartado había una sección a la que se podía entrar y en la que tenían Trichoglossus. Se les podía dar de comer néctar, pero prefería dedicarme a fotografiarlos. Algo por otra parte no muy fácil al estar bien escondidos o pasar como una flecha a mi lado. En una ocasión me rozaron la espalda. Había moluccanus y capistratus. Y fuera de esta sección, había otra en la que pudimos ver varias palomas de la fruta, tangaras, tucanes, tejedores.... Todos en aviarios amplios con mucha vegetación.

         

Cuando salimos, los alemanes ya estaban comiendo (era poco mas de las 12:00 de la mañana) y nosotros seguimos viendo impresionantes calaos con bastante colorido en su pico, "cuerno" y cabeza, tucanes con sus coloridos picos, y volvimos a entrar en un recinto cerrado. Perro este era sólo cerrado con malla y fue aquí en donde cayeron las primeras y únicas gotas de agua de lluvia. Pero enseguida pudimos disfrutar del entorno de esta gran aviario con sus árboles, plantas, flores, riachuelo y pájaros sueltos. Lo que mas destacaba eran los ibis del fondo, todos rojos.  También "espátulas" ajaja y hasta un macho de pavo real subido a las ramas de uno de los árboles.

         

Al salir, comenzamos a ver una sección con varias especies de grullas. Dos de ellas "bailando" para todo aquel que quisiera "perder" un poco de su tiempo observándolas.

Empezó a salir por fin el sol tímidamente justo cuando llegábamos a una zona con aves rapaces. Lo mas impresionante fue ver un cóndor y luego ver colgado del aviario una "escultura" en madera de un cóndor de frente con las alas extendidas, marcando 3 metros de punta a punta de las alas. Ver algo así en la naturaleza volar sobre tu cabeza debe ser impresionante.

         

Nos estábamos acercando por fin a la zona de los loris y de los loros, y pude disfrutar de la vista de un jardín central en el parque, una extensión extensísima con una fuente en medio y una zona para exhibiciones e uno de los extremos. Al otro lado de donde nos encontrábamos estaban los loris y loros. Antes pudimos ver la magnífica águila marina y al águila ""Harpy", del que decían en un letrero que no nos acercáramos porque solía lanzarse con las garras a atraparnos.

         

Todavía se resistían los loris, y pasamos por otro aviario en el que tenían sueltas algunas palomas de la fruta y con pequeños aviarios con tucanes, calaos e incluso una pareja de miná acicalándose. Y allí estaban, dos de las especies de Kookaburras. Siempre me impresionó el tamaño de estas aves. Pensé que eran mas pequeñas.

         

Seguíamos dando la vuelta al grande y magnífico parque pero por fin llegamos a la sección de los loros. Los primeros en saludarnos fueron unos cuantos guacamayos en un gran aviario. Con un Jacinto en primer plano.

Y entramos en la sección de los loris, el "Lori Atrium", un sitio cerrado para mantenerlos con una determinada temperatura. Empezamos viendo Loritos de la Higuera. siempre he oído hablar del problema de la alimentación de estas aves, hasta que me dijeron que hay quienes los crían con Tropical patee y manzana. ¿Verdad, mentira?... El caso es que allí pude ver Cyclopsitta gulielmitertii, C. diophthalma, Psittaculirostris edwardsii. También pude ver el Lorius hypoinochrous, impresionante, precioso. Lástima de sus fuertes gritos. Ya cuando la época en la que me decidí por los Charmosyna goliathina, descarté los Lorius por sus fuertes gritos. También los L. domicellus. Preciosos igualmente... Y por fin aparecieron los Charmosyna goliathina. Un macho negro y una hembra roja. La verdad es que pasé un poco a prisa porque quería ver los Vini periviana y comprobar si tenían otros Charmosyna. Y así, al lado, estaban los Charmosyna josefinae, igualmente preciosos pero que no dejaban de darme la espalda y me fue muy difícil sacarles una fotografía decente.

         

Les siguieron los Tricgoglossus rubritorquis, los T. deplanchii, el Lorius chlorocercus (para mi gusto no tan bonito como los anteriores Lorius) y los fantásticos Trichoglossus f. flavoviridis. Me encanta este pájaro, con su contraste de verde con cabeza amarilla. Y de un tamaño menor a los moluccanus, que también los tenían por allí, al igual que los capistratus.

         

Volvimos a encontrar mas Charmosyna. En esta ocasión aparecieron los rubronotata y los placentis. Y al instante, los Charmosyna pulchella. Aunque no especificaban la subespecie, disfruté, a pesar de que sólo tenían un ejemplar que estaba junto a un Neopsittacus pullicauda. Me encantaría poder conseguir al menos una pareja (aunque mi ilusión es siempre tener al menos dos parejas de cada una de las especies que tenga, pero con estos ya hablamos de un nivel económico superior al cual por ahora tengo complicado llegar a no ser con varios años de ahorro). Era esta la hora en la que les estaban dando el néctar y se notaba que se lo conocen porque todos se ponían de espaldas a la malla por donde nosotros estábamos y de cara a la puerta por la que les servían la comida. Por eso era ya complicado el hacerles buenas fotos.

Aparecieron los Oreopsittacus arfaki... Sigo pensando que he de volver a tener la menos un par de parejas en el futuro. En una de las jaulas de metro y medio que haga en la caseta/habitación del próximo año. Veremos como se va desarrollando ese tema con el tiempo. De momento a poder disfrutar de nuevo de esta pequeña especie de Lori.

    

Y por fin aparecieron los Vini. En esta ocasión los V. australis que espero tener en un futuro próximo como inquilinos de mi caseta. Preciosos. Mi idea de poder tener en el futuro al menos 4 parejas en las jaulas de 2 metros x 1 x 2 de alto se va afianzando. Veremos dicho futuro que nos depara. Y esto fue lo mas cercano de los Vini periviana que estuve, pues por allí no se veían. O los tienen en otro lugar, o ya no los tienen (que pudiera ser). me quedé con las ganas de poder verlo en directo y tal vez eso me causó un poco de decepción.

Pero seguí viendo con igual entusiasmo los restantes loris, como el Trichoglossus goldiei. En el pasado (próximo) mi idea era tener algunas parejas y, aunque ahora en el exterior no los tendré y en la caseta que haga prácticamente estén ya asignadas las jaulas, no pierdo las esperanzas de que un par de parejas puedan estar en estas jaulas de 2 metros en las que en un principio querría tener 4 parejas de Vini australis.

Apareció el Trichoglossus johnstoniae. Pequeño tamaño, parece ser que complicado de encontrar. Al igual que el Phygis solitarius, la única especie que podría rivalizar con el Ch. pulchella como especie superior (económicamente) en cuanto a querer adquirirla para mi caseta. Creo que es complicado encontrarla y cara. Al menos para mi nivel. Por eso, tanto esta especie como la pulchella son ilusiones para un futuro muy lejano.

Tras dar toda la vuelta, me volví enseguida a "mis" Charmosyna goliathina a fotografiarlos, al igual que al josefinae y al pulchella. También fotografié al Glossoptitta concinna que con las ganas de ver los Charmosyna y el V. peruviana me había pasado por alto.

Salimos muy a mi pesar ya que hubiera dado mil vueltas y me hubiera quedado a observarlos todo el día, pero iba con otra persona y, aunque le entusiasmaron los goliathina, había que llegar a la zona de los loros.

              

Ya habíamos dado casi toda la vuelta al extenso jardín y empezamos viendo nuevamente tucanes. Al siempre impresionante Eunymphicus cornutus. Y de repente aparecen las primeras cacatúas. En el mismo aviario había gran cantidad de Eolophus roseicapillus y unas pocas Cacatua leadbeateri. Y al lado estaban los Eclectus y.... ¡¡¡ Agapornis nigrigenis !!! Una pequeña colonia de Agapornis nigrigenis, todos muy tranquilitos a esa hora de la mañana. Estuvimos un tiempo observándolos e intentando encontrar alguna diferencia con los nuestros, pero a no ser que los pusiéramos juntos y pudiéramos comparar en directo con ambos "tipos" a la vez, creo que no hay diferencia alguna.

         

Al lado había un grupo numeroso de Psittacus erithacus, una pareja de Aratingas solstitialis junto a una de Platycercus elegans y unas Pyrrhuras. Y al lado, unos Ara couloni haciendo acrobacias sobre la malla del techo del aviario. Pasamos al Ara rubrogenys, uno de cuyos ejemplares tenÍa una coloración anaranjada en la espalda que destacaba sobre el resto. También había una pareja de Ara chloroptera, Ara araraunas y Ara glaucogularis (mas bonito éste a mi gusto).

Fue el momento de parar a comer. Eran casi las 15:00 horas y ya los alemanes estaban viendo un espectáculo de vuelo libre y actuaciones en el gran jardín que acabábamos de rodear viendo loris, rapaces, loros.... Y en estos casos uno va a la comida rápida y conocida, así que tocó salchicha con patatas fritas. No era mucho, pero yo desde que llegué a Alemania seguía sin tener mucho apetito. ¿Sería la "morriña"?

Nos pusimos de nuevo en marcha en dirección a los pingüinos, y seguimos viendo mas pelícanos. ¿Es que no se acababan nunca?.. Y al llegar a los Pingüinos había un pequeño "show" porque les estaban dando pescado y les hacían pasear por delante de los visitantes para que sacaran fotografías y les dieran también de comer a mano. Seguimos al "carromato" que iba repartiendo comida a varias de las aves que se encontraban en las charcas o lagos. Les daban pienso "flotante" y pescado. Así, pasamos nuevamente por varios de los Pelícanos, por dos de las colonias de Flamencos... Y llegamos a otro pequeño edificio en donde albergaban otras especies. Así encontré a la siempre espectacular Psittacula cyanocephala entrando en un nido hecho con un tronco de árbol. A tres machos de Agapornis cana (que bonito es este pájaro. Lástima por la "competencia" con los Loris, sino creo que volvería de nuevo a estar en mis instalaciones. Habrá que pensarlo bien e intentar encontrarles un hueco).

         

Y allí encontramos una pareja de Caique melanocephala y otra de Caique xanthomeria, así como un único ejemplar de Guaruba guarouba comiendo en esos momentos. Una pareja de Triclaria malachitacea, un "Loro gavilán" y una pareja de una de las especies de Cacatúa negra.

Al salir, y ya habiendo visto todo, volvimos a ver lo que nos interesaba. Por eso, volvimos a los Agapornis nigrigenis a hacerles una nueva sesión de fotografías. Volvimos a fotografiar a los Loris. Y dimos por concluida la visita al Vogelpark, poniéndonos en marcha hacia el hotel, pues teníamos unas cuatro horas de viaje.

AQUÍ UN VIDEO DE LOS NIGRIGENIS EN EL VOGELPARK

Y nunca me había pasado algo semejante. Ya se sabe que España "Is different" y que aquí comemos y cenamos relativamente "tarde". En Alemania, por lo que tengo entendido (y ya sí me lo creo) comen a partir mas o menos de las 12 del medio día, y cenan ya sobre las 19:00 horas. Pues bien, cuando llegamos de nuevo al hotel eran las 21:20 mas o menos, y claro, allí ya no había nada para cenar. pero ni allí ni en el resto del pueblo. Así que cogimos el coche de nuevo, buscamos en el GPS restaurantes, y nos salió una pizzería en un pueblo a unos 10 km. de distancia. Para allá que nos dirigimos ya anocheciendo, atravesando por el centro de un Parque Natural donde estaba enclavado el pueblo y nuestro hotel, y al llegar a la pizzería había una pareja que acababa de pedir algo para tomar. Nosotros preguntamos si podíamos pedir algo y nos dijeron que sí, con lo cual cenamos allí.

Cuando terminamos nos dirigimos directamente a nuestro hotel y llegamos al pueblo sobre las 23:00 horas, ¡¡¡ ENCONTRÁNDONOS NUESTRO HOTEL CERRADO Y SIN UNA SOLA LUZ ENCENDIDA !!! SE HABÍAN IDO A ACOSTAR TODOS. Allí no había ni un alma en todo el pueblo. Ya os veíamos durmiendo en el coche porque por mas que llamábamos a la puerta o a los cristales de puertas y ventanas, allí no aparecía nadie. Por fin Alejandro se acordó de que en el coche tenía unos papeles con el número de teléfono del hotel, y llamamos. Con nuestro poco inglés y el menos que tenía la propietaria del hotel, le hicimos ver quienes éramos ("Spanish, spanish... Burkard, Burkard.... Room in the hotel") y por fin accedió a bajar en bata a abrirnos... Reverencias de disculpas y como un tiro a nuestra habitación después de confirmarle que a las 8:00 estaríamos para el desayuno.

¡¡¡ Pero si al día siguiente era fiesta allí !!! ¿A quien se le ocurre estar acostado antes de las 23:00 horas?... Esto es "para mear y no echar gota"... Increíble :-D)

A la mañana siguiente a la 10:00 nos vino a recoger Burkard Röde y volvimos a su casa. Y ya con mas calma y sin la ayuda del hijo de su amigo (que sabía algo de español) nos entendimos bien. Lo bonito nada mas llegar fue cuando Burkard nos enseñó un nido en el porche de su casa en donde había crías de Carbonero común (Parus major), y la madre merodeaba por allí cerca en unos arbustos, con algún tipo de gusano en el pico, deseando entrar en el nido para dárselo a alguna de las crías. Así que nos apartamos y al instante se acercó y entró. Unos segundos después estaba saliendo y desapareciendo de allí en busca, supongo de algo mas para comer.

Y bajamos al aviario donde estaban los Agapornis lilianae descendientes de ejemplares salvajes, mas otra voladera con algunos Agapornis personata.....

Nos habían dicho que esos Agapornis lilianae eran descendientes de ejemplares salvajes que Burkard adquirió en 1.992. Habíamos oído eso tantas veces que es lo que nos animó a hacer este viaje. Pero al final nos enseñó documentación que así lo atestiguaba.

Tras ver durante un rato a los pájaros e los aviarios exteriores, nos fuimos a la parte interior, a la que los Agapornis podía acceder a través de un agujero en la pared que se cerraba mediante una cuerda desde dentro, pues en ivierno, con -20 ó -25ºC por la noche, los Agapornis no pisaban el aviario exterior.

Ya sin la ayuda de hacía dos noches, nos entendimos bien y pudimos aprender un poco mas de esta especie (al menos según los conocimientos que nos trasmitía este criador). Sus Agapornis lilianae sí han recibido una cuidadosa selección de sangre "no salvaje" pero siempre de ejemplares controlados tanto por el origen del que procedían como por el control de que no salieran mutaciones de esos ejemplares antes de incorporarlos al plantel reproductor. Por eso, mientras los ejemplares del primer criador sí mantenían su sangre "salvaje" inalterable a pesar de los años transcurridos debido al sistema de emparejamientos que tenía, en esta ocasión, y sin desmerecer nada a los otros, la sangre no es 100% "salvaje"  pero conservando un alto porcentaje de ello.

Nos invitó, al igual que la noche de nuestra llegada, a comer en su casa. Comimos con unas temperaturas muy agradables pues estaban cerca de los 30ºC. Con unas vistas increíbles de un monte verde, y con el "ruido" de los Agapornis a nuestro lado. Todo ese monte nos comentaba que se cubría de unos 40 ó 50 cm. de nieve en invierno.

Estuvimos viendo sus tres zonas. La exterior, la interior donde tiene los voladeros que se comunican con las del exterior a través de los agujeros en la pared, y otra mas interior todavía en la que tiene la zona de cría propiamente dicha, con jaulas de mas o menos 1 metro de largo. Las tenía todas desinfectadas y protegidas con plástico.

También tiene otra habitación con cuatro voladeros pequeños en donde tenía mis cuatro Agapornis personata y los Agapornis lilianae que nos habíamos traído la primera noche desde el aviario del primer criador al que visitamos. Y allí me impresionó que nos enseñara unos nidos que tenía preparados para criar Agapornis pullaria. Había criado hasta el año 2.005, y ahora iba a volver a adquirir algunas parejas para volver a criar esa especie. Me sorprendió que nos lo enseñara sin haberle preguntado por ello (pues no sabía de esa idea) y que no guardara ningún secreto. ¡¡¡ Qué diferente con algunos criadores de España que se guardan toda la información para ellos mismos, cuando resulta que cuanto mas se compartan los logros mas posibilidades habrá de que esta especie pueda estar aquí en España y esos criadores puedan obtener con el tiempo algunos ejemplares aquí mismo, sin tener que pagar una barbaridad a criadores de otros países !!!

Tras comer nos pusimos a elegir los doce Agapornis lilianae de los 16 que tenía sexados. Ya nos pasó en nuestro viaje de 2.009, que uno sabe cuando comienza pero no cuando acaba. Tardamos en elegir los 12 Agapornis lilianae que nos queríamos llevar. Luego pusimos en el trasportín los cuatro Agapornis personata y los Agapornis lilianae que teníamos allí del primer criador. Y cuando teníamos todo en el trasportín y habíamos pagado, nos despedimos y emprendimos la vuelta al aeropuerto, con calma porque habíamos planeado hacerlo así y esperar tranquilamente en el aeropuerto a que nuestro avión saliera a las 21:30 de la noche... ¿O no?

 Vaya la que estuve a punto de liar. Siempre había dicho en mi casa que llegaríamos a Madrid a las 22:30 de la noche del Lunes día 30. Pero entonces, si el viaje son dos horas y media... ¡¡¡ es imposible que el avión salga a las 21:30 de Frankfurt !!! Pues no me había dado cuenta hasta que llegando al aeropuerto a eso de las 17:45 me da por coger los datos que tenía del vuelo para saber si debíamos salir de la Terminal 1 o de la Terminal 2. Y en ese momento me doy cuenta que nuestro avión salía... ¡¡¡ A LAS 19:30 !!! Madre mía que subidón de adrenalina. teníamos que dejar el coche en el parking apropiado, pagar el alquiler del coche, echar antes gasolina para dejar el depósito lleno, e ir a facturar las maletas y que nos aceptaran el trasportín de los pájaros como equipaje de mano... Y no teníamos tiempo. Así que entregamos el coche enseguida, sin echar gasolina, con lo cual nos cobraron casi 100 euros (la verdad es que llenarlo, debido a que era de Gasolina y allí está mas alto el precio que en España, nos hubiera costado casi lo mismo) y os fuimos corriendo a facturar. Con suerte estaba abierto todavía ya que había un retraso debido a que en Madrid el avión que luego nosotros cogeríamos había salido tarde debido a una fuerte tormenta en el aeropuerto. Pudimos facturar y llevar el trasportín como equipaje de mano. Y ya medio me tranquilicé. Ahora había que pasar el control, y allí nos esperaba otra cuestión. Nos pararon debido a lo "extraño" que resultaba ver un trasportín con aves. En lo poco de inglés que sé me dijo el chaval del control que debía llamar a un supervisor suyo, y lo que luego os explicaron es que debían tomar mas precauciones debido a que podría ser tomado como "posible explosivo"... Yo alucinaba. Tras hacernos esperar unos minutos nos llevaron a una habitación en donde comprobaron una vez mas la documentación que llevábamos de los pájaros y le pasaron al trasportín unos trozos de papel. Supongo que debe ser para comprobar si se quedan o no adheridas algunas sustancias que pudieran ser tomadas como inflamables o explosivos.

Al final pasamos y ya me pude relajar. Todavía nos quedaban dos horas y media de viaje pero lo peor estaba ya pasado. Tuvimos que esperar bastante hasta que por fin el avión salió con destino a Madrid y allí aún nos quedaba ir a por el coche. Lo habíamos dejado en casa de mi hermano, por lo que esta vez cogimos el metro. tardamos casi una hora en llegar al coche, y sin GPS (no se dignó a funcionar hasta que ya no lo necesitábamos) tuvimos que encontrar la autovía que nos llevara a mi casa. Pero cuando faltaban como 40 kilómetros nos encontramos, ya a eso de la 1 de la madrugada, como un gran camión estaba llevado una viga de hierro gigantesca, con la policía detrás de ellos no dejando pasar a nadie. Con lo cual, a paso de tortuga estuvimos allí bastantes minutos. Al llegar por fin, sacamos a los Agapornis del trasportín, los pusimos en jaulas metálicas desmontables que habíamos montado allí, y nos acostamos.

A las 8 estábamos en pie para soltar a los Agapornis.

Un viaje, para mí, espléndido. El paisaje, miraras por donde miraras desde la autovía o la autopista, todo verde. O árboles al lado de la autovía, o cosechas verdes al fondo. No se veían poblaciones cercanas. Se conocen otras cosas (ese váter giratorio de la gasolinera ha sido la bomba, pero mejor no parar en esos urinarios que hay portátiles en las numerosas zonas de descanso en las autopistas), se prueba otra comida, se conoce otro tipo de construcción.... Y lo mejor de todo, se desconecta uno por unos días de la vida diaria y se comparte esta afición con quien sabes que la va a valorar de la misma manera que tú.

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VÍDEO RESUMEN DE NUESTRO VIAJE

Esta vez no hay ronquidos... O al menos no los escuchareis :-D)

 

 

Gracias a Ale por aguantarme nuevamente (y por aguantarle yo nuevamente, aunque con tapones en los oídos se aguanta mejor :-D)

Avigon

31 / 05 / 11