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Miércoles día 21:
Tres pollitos de Charmosyna
goliathina están creciendo y ya
anillados en los dos nidos de las
dos parejas rojas. Esos ya parece
que van hacia adelante a pesar del
calor que hace estos días. Estamos
en el centro del verano, con
temperaturas exteriores de 40ºC.
Pero en los aviarios hace algo
menos, y para los pollos está bien
pues requieren más calor que no hace
falta que los padres se lo
proporcionen.
De la pareja de hembra desplumada y
macho con problemas en los dedos, el
segundo huevo desapareció del nido.
También estaba fecundado (el primero
lo encontré roto al otro extremo del
aviario, con el embrión a medio
formarse). Cuando pase el calor del
verano los volveré a poner en el
aviario en el que estaban
anteriormente ya que en este suyo
quiero colocar a una pareja de C.
josefinae ya que estos C. goliathina
no aprovechan la caseta "bajo
tierra" que tienen para estar
frescos en verano.
La pareja de ejemplares negros que
hicieron una primera puesta clara al
poco de llegar a casa, han hecho una
segunda, pero repartí sus dos
huevos. Ocurrió que el día anterior
a irme una semana de vacaciones vi
que la hembra estaba muy “parada”.
Pasó toda la tarde en una percha con
la cabeza hacia atrás. No me dio
buena impresión y estuve
observándola toda la tarde para
decidir a última hora qué hacer con
ella. Era complicado porque me iba,
y no sabía a quién podría dejársela.
Al final, se ve que cuando bajaron
las temperaturas, la hembra empezó a
activarse. Antes yo había mirado en
el nido porque se me ocurrió que
pudiera ser que estuviera a punto de
poner un huevo, y pude comprobar que
ya había uno en el nido. Pero como
veía a la hembra tan “mal” decidí
traspasar ese huevo al nido de la
pareja de C. josefinae del exterior
que había empezado una tercera
puesta y sus dos anteriores habían
estado sin fecundar (ya me hablaron
cuando adquirí los primeros C.
josefinae donde venía este macho,
que muy posiblemente no fecundaría
los huevos por una enfermedad que
tuvo). Tenía dos huevos, por lo que
le cambié uno por el de la pareja de
C. goliathina, y a estos le puse el
de los C. josefinae.
Como comenté, la hembra negra empezó
a activarse con la bajada de las
temperaturas del atardecer y la vi
entrar al nido. Por eso decidí
dejarle ahí e irme tranquilo de
vacaciones, ya que mi padre se
encargaría esos días de ellos y me
avisaría si veía algo raro.
Cuando regresé a los 8 días y
comprobé a la pareja, pude ver que
habían puesto un segundo huevo, y al
comprobar si estaban fecundados pude
ver que los dos de la pareja negra
de C. goliathina (uno en cada nido)
estaban ambos fecundados, y que los
de la pareja de C. josefinae no lo
estaban (por tercera vez). Por lo
tanto, feliz de comprobar que ambos
huevos están fecundados y podrían
nacer dos jóvenes negros de C.
goliathina, pues quiero formar una
segunda pareja de ejemplares negros,
o al menos una pareja donde la
hembra sí sea negra y el macho rojo.
Habrá que esperar hasta los primeros
días de Agosto para comprobar que
todo acaba bien.
Lo que sí “acabó” (en este caso
sería mejor decir “empezó”) bien es
la puesta de la joven pareja de
Charmosyna josefinae que
llevaban 2 meses juntos y el macho
tenía 15 meses cuando la hembra de
2 años puso los huevos y ambos
estaban fecundados. Pues al volver
de las vacaciones encontré un
pollito en el nido. El segundo huevo
no logró nacer, pero ya es un gran
éxito el que una pareja tan joven,
con el macho de 15 meses de edad, y
sólo 2 meses juntos, hayan logrado
sacar adelante a un pollito. Se ha
formado una bonita pareja que espero
de grandes alegrías. No hay muchos
ejemplares de esta especie en
Europa.
De hecho, estoy viendo la
posibilidad de cambiar la pareja de
crías de 2021 que ya podría hacer
con las dos crías nacidas en las
parejas que tengo en La Caseta. Los
tengo aún a cada uno con sus padres
y creo que es por eso por lo que
ellos no crían (aunque la pareja
principal intentó una puesta pero
por problemas con el nido acabaron
por romperse los dos huevos, estando
uno fecundado). Me interesaría
obtener otros C. josefinae por ellos
para traer nueva sangre al grupo de
esta especie que quiero tener. Sino,
no me importaría obtener de nuevo
Phigys solitarius o incluso (aunque
es muy complicado) algún Vini
australis.
Para este mes de Agosto estoy
planeando un nuevo viaje en coche a
Italia para llevar los tres
ejemplares de Trichoglossus f.
meyeri y cambiarlos por C. josefinae
y L. galgulus. Voy a traerme dos
hembras de C. josefinae que tienen
la misma sangre que la hembra de
2019 que ha criado por primera vez
con el macho de 15 meses. Pero he
contactado con un criador francés al
que ya visité hace un año y del que
tengo una hembra. Le comenté si
quería cambiar y obtener alguna de
estas hembras que obtendré en
Italia, y en principio parece que sí
quiere. Así podré traer sangre
“nueva” para ir formando nuevas
parejas.
También voy a obtener un macho en
Italia del mismo criador y misma
sangre que las dos hembras, pues él
tiene una pareja de hermanos y
quiere cambiar a uno de ellos. Por
eso voy a llevarle el macho que está
precisamente con la hembra francesa
porque ella con tres años y él con
cuatro, aún no han puesto huevos. Yo
creo que el macho, que fue criado a
mano, no hace mucho caso a la
hembra. O la tiene algo atemorizada
y ella no quiere criar. Es raro que
no lo hayan intentado, porque no he
visto restos de huevos en el nido o
en el aviario.
Por este macho mío de 2017 me dará
el criador italiano el macho también
de 2017. Como lo llevaré hasta
Francia, si le interesa al criador
intentaré cambiarlo por un ejemplar
macho. De esta manera, si traigo
macho y hembra del francés, podría
formar una pareja con la joven cría
de la pareja “joven”… Todo con el
objetivo de ir formando parejas con
la mayor diversidad posible de
sangres (el “límite” que pongo es
que cada criador tiene “un solo”
tipo de sangre. Aunque luego me
especifiquen que cada ejemplar es de
padres diferentes, tendré en cuenta
que dentro de un mismo criador, la
consanguinidad pueda ser bastante en
una especie que no abunda mucho).
Del criador italiano también traeré
dos Loriculus galgulus. Voy a
intentar hacer una tercera pareja.
No sé si será de la tercera “línea
de sangre” que tiene (los ejemplares
del año pasado que trae de esa
tercera línea se las quedó un amigo
en España, y yo no tengo nada de
ellos), por lo que si no es,
intentaré cambiarlos y obtener así
sangre nueva. Las otras dos parejas,
aunque tres son hermanos, los
mantendré, separándolos por parejas
en cuanto un amigo se lleve la
pareja de C. josefinae que le estoy
guardando desde hace un año
(precisamente desde que visitamos el
año pasado al criador italiano el
que me traje la hembra con la que
formamos su pareja).
Lunes día 26:
Aprovechando que estaba la pareja de
Charmosyna goliathina negros
nueva fuera del nido, quise
inspeccionar el nido, y el huevo
suyo que tenían (el otro era uno
"adoptado" de una pareja de C.
josefinae) había desaparecido. No sé
la razón, pero al mirar en el nido
de la pareja de C. josefinae al que
le puse uno de los huevos de esa
pareja negra, el huevo no ha
evolucionado, por lo que no va a
nacer nada.
Por tanto, de momento me quedo en 10
crías. Tengo los dos jóvenes machos
de P. goldiei, una pareja y tres aún
en el nido de C. goliathia, y
una parejita y una cría en el nido
de C. josefinae.
La parejita de C. goliathina va a
salir pronto porque un belga quiere
la hembra, y un amigo se lleva el
macho. Aprovecharé el viaje por
Italia y Bélgica que haré con unos
amigos en coche para acercar la
hembra hasta cerca de París para que
la recoja el belga. Antes, cambiaré
los T. f. meyeri por algunas hembras
de C. josefinae y L. galgulus en
Italia, y un macho adulto de C.
josefinae por otro del mismo año que
él tiene emparejado con una hembra.
Después, es mas que probable (por
eso nos recibe el criador, sino no
tendría sentido) que en Francia
pueda cambiar alguno de estos tres
C. josefinae por otro de línea
francesa.
Un nuevo viaje ya que, aunque ya me
esté dando pereza, seguro que una
vez "en él", lo disfrutaremos.
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