VIAJE  A  ZWOLLE 2.017

( 21-25 SEPTIEMBRE 2.017 )

Tras bastantes años queriendo ir, por fin voy a visitar el mercado de aves que se celebra en el mes de Septiembre en la ciudad de Zwolle, a una hora en coche desde Amsterdam. Y en esta ocasión, como viene siendo habitual, me acompaña nuevamente José, mi compañero de viajes "Friki-Pájaros".

El vuelo de ida salía a las 8:50 del Jueves 21 de Septiembre, pero yo tenía los tres días anteriores de vacaciones para ocuparme de la limpieza y desinfección de los aviarios, por lo que el Miércoles 20 pude coger cuatro loris que iban a viajar conmigo hasta Holanda. Se trataba de una pareja joven de Charmosyna goliathina (hembra de la pareja "joven" y macho de la pareja de los "Viudos") y una joven pareja de Glossopsitta concinna que un amigo necesitaba llevar para cambiar por un macho de Eos reticulata. Es curioso porque estaba yo interesado en este macho el año pasado pero no lo querían vender, y este año lo he podido conseguir para mi amigo. Y no ha sido para mí porque yo he podido conseguir otro ejemplar que también el año pasado no me lo querían vender pero que este, al no conseguir hembra para él (al igual que con el otro macho) decidieron vendérmelo.

La noche del Miércoles al Jueves no dormí nada porque a las 23:00 del Miércoles tuve que ir al aeropuerto a recoger a mi mujer que llegaba de viaje, regresé a casa sobre la 1:30 de la noche, y aunque intenté echarme un rato no me dormí y ya a las 4:00 me empecé a preparar porque a las 4:30 había quedado con José Luis para tomar camino de Madrid. Tras dejar el coche en el parking de larga estancia de la T4 llegamos al aeropuerto y empezamos los trámites para sacar os billetes y el del transportín para los loris que llevábamos. José llevaba un par de hembras de Trichoglossus forsteni que iba a cambiar a un criador danés por dos machos que necesita él y un amigo portugués (de allí venían las dos hembras y que adquirimos en nuestro anterior viaje "Friki-Pájaros").

Aunque reservé dos espacios en la cabina del avión para dos transportines, al final entramos sólo uno ya que una vez dentro nuestra idea era dividir el transportín y que cada uno llevara una parte bajo el asiento. pero cuando entramos en el avión vimos que en el asiento del medio no iba nadie y pudimos dejar el transportín completo a los pies de ese asiento sin que a nosotros nos afectara. Por lo tanto fue un viaje tranquilo ya que los loris apenas piaron. Incluso cuando aterrizamos en el aeropuerto de Amsterdam y comentamos a las azafatas que los loris habían venido  muy callados, nos comento que en una ocasión llevaban un urogallo y que se dieron cuenta de ello cuando el ave dio un grito tremendo que dejó asustados a todo el avión.

Teníamos reservado ya un coche en el aeropuerto de Amsterdam, pero como siempre ocurre, te dan uno "de las mismas características". En esta ocasión creo que nos dieron uno peor, de gasolina (y no está barata en Holanda o Alemania) y con sólo 5 marchas, con lo cual pudimos comprobar que cuando pasábamos de 110 el coche ya se notaba forzado. Así que gasolina cara y gasto de cerca de 7 litros cada 100 km.

Aunque en un principio habíamos quedado con un importador para entregarle mi joven pareja de Charmosyna goliathina, éste nos dijo que pasaría por la tarde por el hotel porque iba a recoger otra pareja de otro amigo que llegaba por la tarde, Así que tuve que tener a la joven pareja, mas otros cuatro loris que se iba a quedar en un principio el importador para guardárnoslos hasta el mercado de aves de Zwolle, en el maletero. Por eso nos fuimos al Campanile Zwolle (siempre que puedo coger un hotel de esta cadena, lo hago. me gustan. Son muy simples pero están limpios y suficiente para lo que se necesita). En este viaje me tocó conducir a mí y José fue el encargado de guiarnos con el Google Map en el móvil.

         

Cuando llegamos al hotel y nos instalamos nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, para conocerla un poco y sorbe todo para localizar donde sería el mercado de aves dos días después. Y a medida que se atardecía, el buen tiempo que había estado haciendo hasta entonces se iba convirtiendo en frío, hasta le punto de querer volverme al hotel a por alguna rebeca o jersey que ponerme. Cuando lo hicimos ya fue para esperar al importador, que no tardó mucho en llegar. Joost tiene con su familia una empresa de importación y exportación de aves y nos iba a hacer el grandísimo favor de mantenernos un día los loris que íbamos a cambiar en el mercado de aves de Zwolle por otros loris. Estas cosas no las hace mucha gente, sobre todo sin cobrar por ello.

Tras dejar todos los loris en su coche entramos a la cafetería del hotel a tomar algo y hablar, en la medida de lo posible de nuestro inglés, con Joost. Y allí nos encontraron los amigos tinerfeños que venían también a este viaje. Cuatro eran, aunque alguno de ellos no tenían nada que ver con los loris. Tras instalarse también y seguir hablando otro rato con Joost, nos marchamos a cenar algo. Y fuimos a un clásico, el McDonald. ¡ Para qué complicarse la vida la primera noche, tras el madrugón y largo viaje hasta allí ! Además, a la mañana siguiente tocaba madrugar para ir a visitar el Vogelpark de Walsrode, en Alemania. Yo ya había estado en el año 2012 pero me hacía ilusión volver a ir. A parte de para ver a los loris, me habían dicho que había aves del paraíso y kiwis.

Pues eso, que a la mañana siguiente nos despertamos a las 6:30 y a las 7:00 emprendimos camino hacia Alemania. Era un viaje de 3 horas e íbamos en 2 coches. José y yo en el nuestro y los tinerfeños en el suyo, ya que cada grupo había venido en vuelo diferente y cada uno alquiló conforme a sus vuelos y necesidades. Como ellos llevaban el GPS del coche y nosotros el de Google Map, se ve que en cada uno marcaba como mejor camino uno diferente, y a eso de media hora de camino ellos siguieron por uno y nosotros nos desviamos por otro camino que nos indicaba que se tardaba menos, aunque no era el más corto (que debía ser el que eligieron ellos). Esto no era importante pues al final nos íbamos a encontrar en el mismo lugar.

Paramos por el camino para echar gasolina y desayunar rápidamente algo, y emprendimos de nuevo camino hasta Walsrode. Más o menos al llegar recibí un mensaje por Messenger del criador checo al que le iba a comprar un macho de importación de Eos reticulata. Con este criador había contactado alrededor del mes de Mayo para ver si tenía un macho para la venta (me habían dicho que tenían uno pero lo vendían en 1500 euros) pero me dijo que no tenía y que me hacía una oferta por mi hembra. A parte de la hembra y algo de dinero, él me daba una pareja joven de hermanos de padres importados desde Bali. Pero yo no podía, el problema con "Fiona" es que acordé que si la vendía, debería ser a quien me la vendió a mí anteriormente.

Pues bien, este criador contactó conmigo para decirme que no iba a poder llevarme el macho a la reunión del Sábado de Loribreeders porque no podía conseguir el documento Traces para poder volar con él. Yo me puse nervioso y le dije que lo trajera aunque fuera sin documentación, que ya vería yo como lo solucionaba (al principio pensé mal, pensé que no quería ya vendérmelo, pero me dijo que no había problema en llevarlo con un simple certificado veterinario. Así que respiré un poco porque me veía ya sin macho para "Fiona" después de haber tenido dos "en las manos".

              

         

Llegamos al parque de aves de Walsrode antes que los tinerfeños y mientras esperábamos decidimos hacerlo en el puente que pasa de un lado a otro de la entrada al parque y sobre la carretera que tendrían que pasar los amigos, que llegaban algo más tarde que nosotros (camino más recto pero carretera que no sería tanta autovía, y porque pararon a tomarse un gran desayuno).

              

         

              

              

Cuando por fin entramos los seis y comenzamos la visita ya pude ver que aquello no parecía estar como en el año 2012. En la sección de loris moluccanus, donde hay varios ejemplares volando, pude notar que había muchísimos menos que antaño. Tampoco me importó mucho pues en verdad lo que me atraía era ver la sección de loris que había en otro lugar. Y fue en esta zona donde me di cuenta que no era como antes. La mitad de las jaulas de la zona de los loris estaban ocupadas por otras especies. En loris había dos especies de loritos de la higuera, dos jaulas con Eos semilarvata (daba la sensación que en una estaba la pareja reproductora y en la otra las cinco crías suyas), una jaula con un macho de O. arfaki (entiendo que la hembra estaría escondida dentro del nido), algunos P. goldiei y poco más destacable. Una gran desilusión tanto para mí, que pude disfrutar hacía 5 años de una gran zona de loris, como a mis otros cinco compañeros de viaje.

              

Al menos podría decirse que disfrutamos de una pequeña zona con colibríes. Ya disfrutamos de ellos en el parque que visitamos el año pasado en Lyon, pero aquí había al menos tres especies diferentes, una de ellas muy bonita con unas largas plumas en la cola.

              

Y no pude fotografiar más con mi cámara de fotos pues esta decidió romperse, así que tuve que empezar a utilizar mi móvil para echar alguna que otra fotografía.

    

              

 

Tuvimos la suerte de coincidir con un español que trabaja en el Vogelpark en el show de vuelo libre. Estaba con un águila y nos permitió visitar la zona privada en donde tienen a todos los ejemplares que utilizan para los shows. Nos estuvo contando algunas cosas sobre las aves, los shows y demás, y me impresionó estar al lado de una cría de cóndor que iba a utilizar en el futuro en un show. Estaba en el suelo pidiéndole comida, y era ya bastante grande. Un gran momento que disfruté.

         

Otro de los momentos que esperaba con interés era volver a ver el aviario con los Agapornis nigrigenis, pero aquí también sentí una desilusión la ver que el espacio destinado anteriormente a esta especie estaba ahora dividida y su espacio era como una cuarta parte. No logré ver más de 5 ejemplares (aunque había una parte interior en el que podrían estar varios ejemplares más), pero es que hace 5 años pude disfrutar de muchos más ejemplares. A cambio pude ver que tienen un aviario para ejemplares de Agapornis fischeri que parecía tener buena calidad.

         

Al kiwi, que también teníamos interés en verlo, sólo pude ver "algo" grande pasar por delante de un espacio mínimamente iluminado. Y sobre las aves del paraíso, cinco aviarios con mucha planta, y ningún ave. Ya era tiempo de abandonar el parque y debían estar ya todos en la zona interior.

Al final, un viaje entretenido pero que  salvo por los colibríes y algún lori, bien podría haber pasado sin volver a visitarlo. Parece que una vez visitado un parque es mejor no repetir, sobre todo si la primera vez ya ha sido satisfactorio.

Tras la visita al Vogelpark de Walsrode había concertado una visita a un criador que vivía a cerca de una hora de viaje. No habíamos concretado hasta que tiempo estaríamos allí, pero yo creía que estaríamos bastante tiempo charlando sobre aves. Además, el criador al que visitábamos iba a ser uno de los conferenciantes en la charla que Loribreeders hacía el próximo domingo.

Cuando por fin llegamos pronto empezamos a ver los loris que tenía en unos aviarios exteriores que estaban unidos a una pequeña caseta en la que tenía apartados interiores para cada una de ellas y en las que los loris podrían protegerse en el duro invierno que allí tienen. Entre los loris que tenía allí había una bonita pareja de Chalcopsitta atra atra, una pareja de C. goliathina que había criado dos pollos de T. moluccanus, un grupo de Pyrrhura cruentata (Cites I), una pareja de P. fuscata naranjas, una pareja de T. mitchelli y creo una pareja de T. caeruleiceps. Pero es que dentro de la casa tenía mas jaulas, algo más pequeñas, y en las que pude ver una pareja de C. josefinae, T. euteles y P. goldiei.

         

No charlamos mucho tiempo más porque los tinerfeños estaban cansados, así que nos marchamos. Quedaban dos horas de camino y como ya sabíamos donde estaba el hotel, cada uno siguió lo que le marcaba el GPS y a nosotros esta vez nos tocó la peor parte. Aunque era el camino en el que se tardaba menos, tardamos al final una hora más porque la autovía estaba en obras en varios tramos, y de noche, lloviendo y con niebla nos saltamos algunas de las salidas porque dio la casualidad de que las obras estaban en esas salidas y el hueco que nos dejaban para salir unos kilómetros después era insignificante y estaban en algunos casos mal señalizados. Por eso dimos una vuelta de 40 kilómetros extras que nos llevó a tardar una hora más. Por eso al llegar al hotel cogimos algo de la máquina que hay en el hall y nos subimos a duchar y acostarnos pronto. A la mañana siguiente era el mercado de aves y queríamos estar allí a las 7 ó 7:30, hora en la que había quedado con dos de los criadores a los que les iba a cambiar algunos loris para unos amigos.

Nos levantamos a la hora señalada y tras recoger todas nuestras cosas, pues la siguiente noche ya no la pasaríamos en el hotel Campanile Zwolle, nos marchamos al mercado de aves, a escasos 2 minutos en coche del hotel. Al llegar pagamos los 7 euros que cuesta entrar al parking del lugar y aparcamos cerca de la entrada que íbamos a utilizar para entrar (este año habían habilitado una segunda entrada para los que obtenían su entrada a través de Internet, con lo cual la entrada al lugar sería más rápida pues sólo habría que leer un código de barras y no pararse a pagar). Allí empecé a intentar contactar con los criadores con los que había quedado, así como José Luis intentó contactar con el criador danés con el que se cambiaría unos T. fosrteni, y nos fuimos hacia nuestra entrada. Allí encontramos a otros españoles de Mallorca con los que estuvimos charlando hasta que empezamos a entrar. Antes, había logrado contactar con el criador que me iba a entregar una pareja de C. atra y una hembra de C. scintillata rubrifrons para gente en España. Me dijo que me vio en la fila de entrada y que nos veríamos justo en el hall de entrada. por tanto, como entré muy pronto me puse a esperar, y tras media hora de espera y ver que ya prácticamente no entraba nadie, decidí irme e intenté contactar con él para ver qué había sucedido.

         

Pasamos rápidamente por esa sección para pasar a la siguiente sala en donde había más aves y en donde nos íbamos a encontrar con Joost, el que nos había guardado los loris que íbamos a cambiar más adelante y quien tenía para mí una hembra de P. goldiei. Días antes me dijo que iba a hablar con un austriaco para que le entregara otra pareja, pero debí entenderle mal porque allí no la tenía. Sin embargo me dijo por donde podría encontrarle. Entonces, cuando hablamos con él y acordamos todo, nos fuimos a ver un poco qué encontrábamos. El amigo mallorquín que habíamos visto en la fila de espera a la entrada había encontrado dos hembras sexadas de P. goldiei, y justo en ese criador al que se lo compró había un ejemplar más de este año, pero estaba sin sexar. Todo hacía pensar que iba a ser macho (raro que tuviera dos hembras sexadas de 2017 y uno no sexado del mismo año, pudiendo haberlo sexado con anterioridad, por eso pensaba que era macho, y no me venía bien adquirirlo porque en principio ya tenía la hembra de Joost y un macho reservado a un amigo español que había venido a Zwolle a adquirir aves.

En ese momento empezamos a contactar con todos los criadores con los que habíamos quedado para comprar o cambiar algo. Fuimos a Joost nuevamente a recoger un transportín con todos los loris (salvo la hembra de P. goldiei que me tenía para mí) y salimos al parking en donde habíamos quedado con los criadores. Al primero que fuimos fue a un criador alemán con el que haría un cambio para un amigo. Yo me había traído una parejita de G. concinna e iba a cambiarla por un macho de Eos reticulata de siete años. Con este criador contacté ya hacía un año para ver si me vendía el macho para emparejarlo con "Fiona", mi hembra de cinco años que esta primavera puso dos huevos estando sola. Pero no hubo suerte entonces ya que no quería él venderlo y me pedía a mí la hembra. Pues este año, pocos días antes de venir a Zwolle puse nuevamente un anuncio buscando un macho y contactó conmigo para vendérmelo. Dio la casualidad de que ya no lo necesitaba porque había contactado con otro criador por otro macho (que ya contaré más adelante), pero sabía que un amigo lo necesitaba y, aunque él no estaba muy entusiasmado, logré que se aceptara un cambio de ese macho de Eos reticulata a cambio de la joven pareja de G. concinna. Por eso fuimos a hacer el cambio al coche del alemán, y quedé maravillado. Parecía un macho grandísimo y con unas espectaculares estrías azules en nuca y espalda. Además su antifaz azulado de los ojos tenía como una tonalidad grisácea. Era impresionante de tamaño y de colorido. Me lo quería quedar para mí, pero aún no había visto el importado, y aquel tenía una línea de sangre "mejor" (con "mejor" me refiero a que viene de Bali y es sangre nueva en Europa).

Tras hablar un rato con el alemán (ya llevaba un tiempo estresado con tanta ida y venida sin haber podido ver el mercado de aves, y por no entender muy bien el inglés) fuimos a encontrarnos con el criador danés con el que José Luis iba a cambiar dos  hembras de T. forsteni que habíamos traído de Portugal por dos machos. Él se iba a quedar uno y el otro sería para el amigo portugués que visitamos unas semanas atrás en nuestro anterior Viaje "Friki-Pájaros". Hicimos el cambio, hablamos un rato, y nos encaminamos hacia el interior del mercado. El criador holandés que me iba a entregar la pareja de atras y la hembra de rubrifrons me dijo que nos veríamos en el encuentro de Loribreeders porque allí había mucha gente y sería más fácil hacerlo en el otro lado el próximo Domingo. Así que "descansé" un poco por ese tema, aunque si lo hubiera sabido con anterioridad podría haber disfrutado más del mercado de aves.

 

Cuando entré de nuevo al mercado de aves contacté con mi amigo español que había venido a Zwolle a adquirir aves para revender en España y que me tenía un macho de P. goldiei para mí, el cual emparejaría con la hembra que ya me tenía Joost. Y para suerte mía, me dijo que tenía también una hembra por si me interesaba... Acepté enseguida y me fui rápidamente a ver de nuevo al ejemplar sin sexar que estaba en uno de los puestos. Aún estaba allí y lo adquirí. Se le veía muy activo, bien de plumas, pico y patas, y no lo dudé. Ahora, pensando que este sería un macho, ya había adquirido dos parejas. Mi idea era haber adquirido tres a través de Joost, pero para 15 días después iba a poder adquirir una pareja y una hembra más, y un amigo portugués me tenía preparada otra hembra, por lo que en 15 días yo tendría 3 parejas y mi amigo José, que tiene dos machos alemanes, podría quedarse con la hembra portuguesa y la sobrante italiana.

Entonces, con todo lo acordado ya en los transportines, fuimos a ver una vez más a Joost y su familia, le entregamos todos los loris, pues aceptó encantado guardárnoslos hasta que el Domingo fuéramos a recogerlos, y con algo de calma fuimos a  ver que es lo que quedaba en el mercado. Poco más de loris vimos. Unos P. goldiei que no estaban muy bien de pluma y que gracias a eso decliné adquirirlos. Y poco más. Había pasado lo mejor del mercado intentando contactar y encontrarme con la gente con la que había quedado para comprar o cambiar algunos loris, y al final saqué la conclusión de que si vuelvo alguna otra vez al mercado de aves de Zwolle y quedo con algún criador, los cambios o compras o ventas las hagamos alrededor de las 11:00 de la mañana, tras haber podido mirar por todos los puestos y ver si encontrábamos algo. Por estas cosas uno va aprendiendo. Incluso hay gente que reserva un puesto de venta pero luego no llevan nada, porque los que tienen puesto entran dos horas antes para colocar sus animales, y así pueden ver los puestos de los demás y reservarse las cosas para ellos.

Había sido una mañana de locos para mí, y ya por fin creía estar tranquilo cuando emprendimos viaje hasta Uden, en donde teníamos reservada una habitación para esa noche, pues en la localidad de Erp, a 10 minutos del hotel, se celebraría esa noche una barbacoa de Loribreeders. Pero antes teníamos que ir a visitar el parque de aves de Wisbroek, un parque de aves privado que abre una sola vez al año al público. No tiene loris ni loros pero si grullas, gallitos de roca, aves del paraíso y rapaces. Antes, como el hotel nos pillaba de camino, paramos en él para dejar nuestras maletas y nos pusimos en marcha enseguida. Allí coincidimos con los amigos tinerfeños y con los mallorquines. Estuvimos viendo las instalaciones y los ejemplares de aves que tienen, y charlamos con dos de los cuidadores del parque.

Un buen parque para poder disfrutar de varias parejas de gallitos de la roca, grullas, aves del paraíso y algunos tucanes o tucanetas. Tienen una zona para rapaces pero no se podía pasar por la mayoría. Parece ser que abren las puertas al público una sola vez al año para mostrar todo y hablar de sus productos, piensos estrusionados para esos tipos de aves. Si tienes la oportunidad de ir, aprovéchala. Suele hacerse la tarde en la que se realiza el mercado de aves de Zwolle de Septiembre.

              

Cuando abandonamos el parque fuimos directamente al encuentro que realizaban los de Loribreeders. Allí iban a hacer una barbacoa. Los tinerfeños nos llamaron ara decirnos que no iban a ir, que estaban cansados y se quedaban en el hotel, y yo, una vez que estaba ya allí, por circunstancias de las que me arrepentí más tarde, me marché y cuando volví ya se estaba yendo la gente de allí. Uno ha de ser consecuente con sus acciones y saber que lo que uno hace o deja de hacer es sólo por lo que un hace o deja hacer, y que eso tiene unas consecuencias. Los que organizaban la barbacoa contaron con 6 españoles y compraron comida contando con todos, y no fuimos ninguno. Yo me sentí mal por no haber podido ir yo y cuando hablé con ellos les dije que el próximo año iba a acudir para "cerrar el círculo" que había quedado abierto por mi no asistencia. Mi idea es acudir y compensar mi no asistencia de este año: Y sobre todo de haber dicho que íbamos seis y al final no haber ido ninguno, aunque yo sólo soy culpable de no haber ido yo, y eso es lo que a mí me agobió.

Aunque ya se iba la gente, pude ver en la semioscuridad al macho de Eos reticulata que me habían llevado. A la mañana siguiente, durante las charlas que daban, podría verlo mejor. Aunque un ejemplar criado en Bali tiene que estar muy próximo a los ejemplares salvajes.

Al día siguiente Domingo aprovechamos para dormir un poco más y relajarme. Tras desayunar y recoger nuestras cosas volvimos a las charlas de Loribreeders y asistimos a la charla que daba Rosemary Low. Tras esta charla, empecé a saludar a otros criadores (con mi limitado inglés) a los que suelo ver por Facebook. Aunque no entendía todo, al menos nos conocimos en persona... Y poco más estuvimos porque teníamos que desplazarnos hasta Den Ham, a una hora de viaje, para recoger los loris que habíamos adquirido en el mercado de aves de Zwolle y nos estaba guardando un importador al que había adquirido una hembra de P. goldiei. Esto me demuestra que hay gente que hace favores sin pedir nada a cambio.

         

Antes de irnos, y aprovechando que uno de los conferenciantes no vino, aproveché para recoger una pareja de Chalcopsitta atra y una hembra de Chalcopsitta scintillata rubrifrons para unos criadores en España a los que se los iba a llevar. Los tres ejemplares eran del mismo criador y acudimos a su coche para hacer el cambio de transportín. Después, despedida de los criadores presentes en la charla de Loribreeders y camino a Den Ham. Una hora de camino y llegamos a la casa particular del importador, que estaba de celebración de cumpleaños. Nos trataron bien. Tras pasar los loris que nos tenía guardados (cuatro P. goldiei, dos T. forsteni y un macho de E. reticulata) nos hizo pasa a su casa y allí charlamos, firmamos los documentos pertinentes y nos ofrecieron algo de beber y un trozo de pastel del cumpleaños. Y no quisimos molestar mucho más y nos marchamos a Amsterdam. Allí íbamos a pasar la última noche para estar más cerca del aeropuerto a la mañana siguiente.

El hotel es de la cadena Campanile (siempre que puedo reservo en estos hoteles) y lo bueno es que tenía una boca de metro a 100 metros, y era la última parada de una de las líneas que parten desde la Estación Central de Amsterdam, con lo cual la vuelta iba a ser fácil. Tras registrarnos y llevar todos los transportines al baño de la habitación, nos marchamos a pasar la tarde a Amsterdam. Pude ir recordando calles por las que pasé hace unos años en un viaje familiar. Cenamos en un restaurante "argentino" y a las 22:00 horas nos volvimos al hotel. Allí nos preparamos para dormir y dejamos a los loris en el baño... Y había uno de los loris que cada dos por tres le daba por "parlotear". No sé si era el macho de Eos reticulata para mi amigo o, más probablemente, la hembra de C. s. rubrifrons. El caso es que no dormí bien porque además estaba pendiente de que los ruidos que hacían alertaran a otros huéspedes del hotel y avisaran a la recepción. Al final no pasó nada, pero a las 5:00 ya estaba despierto o no dormí mucho más.

         

Nos levantamos a las 7:00 y pronto estábamos pagando la habitación. Teníamos que llenar el depósito del coche y eso nos retrasó un poco. Estábamos a 20 minutos del aeropuerto pero tardamos un poco más debido al atasco que se formó tanto para entrar en Amsterdam como para ir al aeropuerto. Al final llegamos a buena hora y pudimos ir a facturar las aves. En esta ocasión iban en bodega y las encargadas de sacar los billetes en Iberia (que no sabían castellano, o tal vez no quisieron hablarlo, porque más adelante si se dirigió una de ellas en española a nosotros) nos sacaron los billetes y el del transportín. Y llamaron a un encargado para el control de los transportines. Esperamos unos 20 minutos y cuando llegó tuvimos que abrir los transportines (que ya estaban con los candados echados y rodeados de cinta "americana" de embalar) para que pudiera mirar y asegurarse que no había nada raro y sospechoso dentro. Una vez lo comprobó, volvimos a poner los candados y a poner un poco de cinta de embalar, y se los llevaron. Sentí un cierto alivio por primera vez en varios días. Tenía ese temor que creo se debe tener cuando uno deja algo para que lo envíen y no sabe con seguridad de si lo harán bien, pero al menos ya no tenía que encargarme de ellos por un tiempo y llevar un transportín en cabina con el temor a que se pasaran todo el viaje piando o gritando. Por eso desayunamos un zumo natural de naranja (no estaban muy maduras pero sentó bien toar algo fresquito, y eso que ese día estaba nublado, mientras que los días anteriores hizo un sol magnífico para disfrutar del viaje), compramos unos bulbos de tulipanes y nos fuimos hacia nuestra puerta de embarque aunque faltaba aún mucho tiempo. Me gusta siempre acudir con bastante tiempo de antelación por si surgen imprevistos poder tener tiempo suficiente, y pudimos comprobar como nuestros amigos tinerfeños llegaron con el tiempo justo para simplemente embarcar. No merece la pena pasar un mal trago con prisas y nervios. Prefiero acudir antes al aeropuerto y desayunar o comer tranquilamente mientras esperamos a que salga el avión.

Nos hicieron pasar de los primeros a los que llevábamos pájaros (aquí la chica que nos sacó los billetes unas horas antes nos habló en español) y entramos nosotros también a pesar de no llevar transportín de mano como sí llevaban los de Tenerife. Así que fue un viaje tranquilo, más cuando desde la ventana pude ver que cargaban mi transportín con todos mis loris.

Al llegar a Madrid, tuvimos que esperar un buen rato a que nos entregaran el transportín. Nos estaba esperando un criador que se iba a llevar la hembra de C. s. rubrifrons. Cuando salimos fuimos al parking y pasamos la hembra a su transportín, y le pedí que nos hiciera el favor de llevarnos hasta el parking de larga estancia de la T4, pues estaba a un par de minutos del parking del aeropuerto y tenía que salir por allí. Así que ahorramos tiempo... Que no nos sirvió para nada porque cuando fuimos a arrancar el coche, éste no quería. se había quedado sin batería. Una batería que llevaba puesta poco más de un año. Así que a llamar al seguro para que viniera la grúa, y mi idea de poder llegar a mi Talavera con tiempo suficiente para enviar la pareja de Chalcopsitta atra para un criador (a petición suya de que enviara la pareja ese mismo día) se vio truncada. Cuando pudimos reanudar tiempo calculé que llegaríamos a Talavera a las 19:00 horas, cuando siempre he de dejarlos antes de las 18:00. Aún así cuando llegamos nos acercamos a MRW a ver si nos hacían el favoir de recogérnoslo, y lo hicieron porque ese día tenían que ir a recoger unos canarios. Así que, dentro de todo lo malo, pude "quitarme de en medio" unos loris de lso que de otra manera tendría que ocuparme un día o dos más (los C. atra llegaron perfectamente al día siguiente).

Después de dejar esos loris fuimos al taller y allí nos dijeron que el problema era la batería. La recargaron para poder funcionar hasta que al día siguiente llevara el coche para poner otra nueva, y nos fuimos a mi casa para dejar mis loris. Allí José Luis me estuvo ayudando a pasar los goldiei por parejas en jaulas de metro (temporal, pues falta una tercera pareja, y cuando venga las tres los soltaré a la vez en el aviario grande de "Agacana"). También puse el macho de Eos reticulata que traía para un amigo en una jaula de unos 60 centímetros, con la idea de soltarlo al día siguiente en el aviario grande de "Agacana". Y a mi macho de Eos reticulata, a "Shrek", lo solté junto a "Fiona", la cual no le recibió con agrado, pero como ésta no vuela (cinco años como mascota en una casa han hecho que no quiera volar y, espero que no sea el caso, tal vez perder musculación y ganas para intentarlo. Por eso en su aviario hasta ahora le tengo puestos muchos palos a modo de pasarelas y puentes de lado a lado) sabía que no le iba a atacar. "Shrek" se alejaba volando cuando "Fiona" se acercaba para atacarlo. No había peligro a la inversa pues él estaba más asustado y no quería acercarse. "Fiona" mostraba mucha agresividad como para querer algo con ella en esos momentos... A veces la ficción nos dice como va a ser la realidad... Como en la película, al principio "Fiona" no quería a "Shrek".

Cuando ya tuve todo colocado, José Luis se llevó sus dos machos de Trichoglossus forsteni y yo me fui a descansar a casa. Me acosté pronto y dormí bastante bien. Al día siguiente lo había cogido de vacaciones para atender mejor a mis nuevos loris y a los que ya tengo. Siempre lo suelo hacer así.

 

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Avigón

26 / 09 / 2017